Una vez me propuse escribir un libro sobre mi vida y nunca lo comencé. Intentaba una y otra vez buscar formas y estilos diferentes, pero no encontraba el momento preciso para iniciarme en esta aventura. Pensaba que escribir un libro consistía en sentarme y dejar que llegaran las ideas, para luego plasmarlas de manera ordenada en la pantalla del computador. Con el tiempo me di cuenta que la vida no es un proceso ordenado de acontecimientos que se suceden de manera lineal y unidireccional. De igual manera, escribir un libro o un documento es mucho más complejo que esbozar unas ideas estructuradas para luego desarrollarlas en el orden establecido por las reglas de la escritura formal.
El proceso de la escritura, al igual que la vida, es una experiencia caótica. Sucede de manera desordenada, con múltiples bifurcaciones en las que vamos tomando desde pequeñas decisiones hasta aquellas que pueden cambiar radicalmente el curso de las cosas. Hoy estamos en paz y de pronto, un detalle nos lanza a direcciones impredecibles.
Esta aventura que inicio con este trabajo, es esencialmente producto de una aventura intelectual, pero también emotiva y de todos mis sentidos. Nació como parte de mi trabajo de graduación para optar por un título académico, pero trasciende estos límites, ya que al insertarse en el cibermundo, tiene la particularidad de penetrar más allá del escenario académico y de los límites de tiempo y espacio.
En primer lugar es un libro dedicado a mí mismo, a reflexionar sobre los vuelcos que ha dado mi vida; pero es también una oportunidad de compartir con otras personas que tienen iguales interrogantes al acercarse esos temas que me fascinan: espiritualidad, ciencia y ciberespacio. Enriquecido con las lecturas de las nuevas ciencias, creo que ha llegado el momento de poner por escrito todo ese mar de ideas, emociones y deseos emergentes y dejar que estas palabras nevequen libres por las redes digitales.
La tecnología digital-informática ha llegado a nuestras manos y nos rebasa. El ser humano se arrodilla ante sus inventos. Se siente poderoso, pero a la vez con muchas incertidumbres. ¿Seremos capaces de producir una tecnología que nos supere como humanos? ¿Seremos arrinconados por el producto de nuestras manos? ¿Podremos suplantar la evolución natural de la vida? ¿Seguiremos aislándonos de la trama de la existencia o nos veremos obligados a volver con ella?
Quiero adentrarme en estas y otras interrogantes más que involucran el porvenir del ser humano y de la vida en general. Quiero abordar la relación Ser Humano, Naturaleza, Tecnología y por supuesto, eso que muchos llamamos Dios y otros llaman Pachamama (Valencia, 1999, 42), Pab Tummat (Chapin: 1989, 17), o Corazón del Cielo y Corazón de la Tierra (bermúdez: 2004, 106); dimensiones distintas de una misma realidad. En otras palabras, quiero profundizar los aspectos de trascendencia, interrelación, interconectividad, bajo la visión del paradigma holista.
Pero, además, deseo estudiar el fenómeno de la experiencia de trascendencia o espiritualidad en los espacios-tiempos de las redes digitales de comunicación: cómo se desarrollan dinámicas de interrelación interpersonales, abiertas, flexibles; cómo se constituyen nuevas formas de experiencias de espiritualidad en la red; qué perspectivas se vislumbra alrededor de la visión integradora del nuevo paradigma.
Al presente documento se le agregan algunas elaboraciones narrativas y poéticas inspiradas en las lecturas realizadas y en la propia vida. También hay un pequeño glosario de términos utilizados durante el proceso, que he ido construyendo en mis propias palabras.
Rigoberto Pittí B.
Comentarios a mi dirección rigobertopitti@gmail.com
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